
Dark Horse nos presenta una historia psicodélica que combina elementos históricos con ficticios, en un viaje al pasado para descubrir lo que es hacer un sacrificio, si es por terminar un dolor, por un Dios, por un pueblo, o para hacer un acto que cambiará el destino de todo un mundo.
Sam Humphries escribe el guion de un viaje místico a la época precolombina de un joven de nacionalidad mexicana llamado Héctor, un muchacho apasionado por la historia del imperio Azteca que padece ataques epilépticos. Estos ataques que lo llevaron a un intento de suicidio el cual hace que termine en una institución mental, de donde huye con ayuda de su amiga Violet, pero esta fuga no durará mucho. Al encontrarse en un local de comida rápida, Héctor comienza a sufrir otro ataque epiléptico, solo que esta vez, al tener el ataque de alguna forma es trasladado a la época precolombina, donde es capturado por un grupo de guerreros liderados por un hombre llamado Xilotzin. Al ver a Héctor, los guerreros solo lo ven como alguien más para sacrificar a sus Dioses, pero al descubrir su espalda, observan un tatuaje del calendario Azteca, y lo toman como señal y llevan Héctor a la ciudad de Tenochtitlan, la ciudad más grande del imperio Azteca, en donde nuestro héroe es testigo de cómo un sacerdote de nombre Itzacoatl hace un sacrificio en nombre del Dios de la guerra, Huitzilopochtli. Héctor es llevado ante el emperador Moctezuma, por el guerrero Xilotzin para probar que Quetzalcoatl es el verdadero Dios, y que han estado adorando al Dios equivocado. En medio de la discusión sobre Dioses entre Xilotzin e Itzacoatl, Héctor vuelve a tener otro ataque epiléptico, solo que al ser testigo de esto, el emperador Moctezuma lo toma como un hecho divino, adjudicando que esos ataques son viajes hacia el mundo de los Dioses, convierte a Héctor en un sacerdote de Quetzalcoatl. Héctor intentará salvar a los Aztecas de su propia destrucción debido a su guerra por deidades, y para advertirles sobre la llegada del fin de los tiempos con la entrada de los españoles.
Sam Humphries ha hecho una historia que nos transporta de una manera psicodélica y mística hacia una época donde los sacrificios eran una manera de honrar a los Dioses, pero poniendo en tela de duda, para quien se hace los sacrificios, ¿hay un Dios correcto? ¿Hay una razón correcta? ¿Porque morir? ¿Por qué quitar una vida? En Sacrifice este discurso es mostrado en medio de una era caótica, donde el imperio Azteca en su auge se convirtió en su propio enemigo, lo cual no la pudo salvar del mal que se avecinaba. Veremos desde distintos puntos quienes son los buenos y quienes son los malos, las perspectivas se ven cambiadas al conocer los intereses y motivaciones de los personajes. Hay una breve fusión cultural que hubiera sido grata si la hubiesen explotado un poco más, en la que vemos como hablan del vocalista de Joy Division, sus letras y el sufrimiento que imprimió en ellas y como estas se relacionan a la antigua poesía Azteca. Existen un par de personajes históricos, que siendo mexicanos es inevitable no exaltarse al reconocerlos. Esta no es una adaptación 100% fiel a la historia de los últimos años del imperio Azteca, sin embargo, se hace un retrato muy complejo sobre las crisis que fomentaron su caída.
Los personajes son muy coloridos, podemos ver a Hector, un joven héroe que durante la historia, constantemente aprende el valor de derramar sangre, Xilotzin, el guerrero con esperanza, Itzacoatl, el hombre en busca de poder, Malintzin, una princesa guerrera totonaca que busca venganza, Tlacuicole, un guerrero de dios.
El arte de Sacrifice es hecho por el artista novato Dalton Rose, un artista prácticamente desconocido que se graduó del colegio de Arte y Diseño de Savannah. Aquí aprovecha este viaje místico a la época precolombina para usar una amplia gama de colores que nos transportan junto con Héctor a un lugar mágico en el que la sangre es usada para hacer tributo a los Dioses, no obstante, la violencia no es algo que se vea demasiado, aunque esta sea una novela que habla del sacrificio, el color rojo no es algo que predomine, sino al contrario, el colorido que tuvo el imperio Azteca, con sus atuendos, pinturas e imágenes iconoclastas es impregnado en cada página, llevándonos a un viaje de descubrimiento divino en los “viajes” hacia el mundo de los Dioses. El diseño de los personajes es algo que se puede llegar a perder, a veces es difícil diferenciar uno de otro, si se hubiera usado la misma cantidad de colores que se usó para contar la historia en los personajes hubiera sido más favorable. Dalton aprovecha las imágenes arqueológicas del imperio azteca para adornar sus portadas de los capítulos y así situarnos en esos tiempos
Sacrifice es una obra que en lo personal como mexicano hace valorar, y que internacionalmente hace que se vuelva fascinante la historia que tuvo el Imperio Azteca. La temática de esta novela, el sacrifico, es un aspecto que se repite y se vuelve un discurso dentro de esta obra, un discurso que se convierte en un viaje en el tiempo. Sacrificio, misticismo y psicodelia son las cosas que uno se puede encontrar en Sacrifice, y que si se tiene una fascinación por estos aspectos, Sacrifice es una lectura que vale la pena hacer.
//[Luis Jimenez – Lou]//
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