Nombre: The Sims 4.
Desarrollador: Maxis Label.
Publicador: Electronic Arts.
Jugadores: 1.
Género: Simulador.
Hace 5 años salió a la venta The Sims 3, generando un buen número de ventas que propiciaron un montón de contenidos descargables únicos y hasta ‘spin-offs’ que nos ponían al mando y cuidado de mascotas. Hoy Electronic Arts se ha dado cuenta de que, para crecer, se necesita innovar; derivado de ello tenemos The Sims 4, secuela que llega cargada de novedades, pero también con innumerables carencias.
En primera instancia, esta secuela verdaderamente luce renovada y hasta dista de lo que ya conocíamos. En esta ocasión, Maxis (desarrolladores de la franquicia) parecen haberse hartado de seguir bajo la misma línea y nos ofrecen un producto que ciertamente, y a pesar de conservar las características de la franquicia, se nota que ha sido construido desde cero, tomando un nuevo núcleo y reforzando los elementos que a todos nos han viciado durante años.
Desde que empezamos a jugar, The Sims 4 nos ofrece uno de los editores de personalización más extensos que hayamos visto; jamás encontrarán otro título que les permita un nivel tan profundo de caracterización, a tal grado de formarnos un alter-ego prácticamente igual a nosotros – siempre y cuando no busquen parecer actores de Jersey Shore-. A pesar de que todavía nos ofrecen el abanico de labios, orejas, ojos, y cabello predeterminados, para esa versión es mucho más sencillo manipularlos hasta tener un resultado satisfactorio y creíble. Toda creación también podrá ser compartida al instante al otorgarle permisos a nuestra cuenta de Origin para hacerlo.
Luego tocará el turno a la personalidad con la que saldremos a dar la vuelta, y posteriormente fijar una meta en nuestras miserables vidas virtuales. En este apartado la cuarta entrega es similar a su antecesor ya que no nos limita a que tomemos una profesión que posiblemente termine por no agradarnos; para agregar variedad, sus desarrolladores decidieron que era una mejor idea que efectuáramos actividades y al concretarlas otorgarnos experiencia que nos acercará cada vez más a ese objetivo que traemos en la mente desde nuestra concepción. Como reto adicional, tendremos que sortear las pocas habilidades físicas que tenemos o el mal humor con el que a veces despertamos; este tipo de variantes harán que la rejugabilidad del título se alargue convincentemente.
Al estar listo para partir y dejar nuestros nidos, es cuando notaremos uno de los bajones más notorios que ha dado la serie, ya que en lugar de poder seguir recorriendo el mapa –a la Grand Theft Auto – veremos que en esta ocasión estamos atrapados en algo que han llamado “vecindarios”, mismos que se dividen en dos categorías: recreativos y de servicios. En estos vecindarios nos será posible encontrar antros, museos, lagos para pescar, bibliotecas, gimnasios, y hasta un enorme parque que seguramente nos recordará la condesa Central Park. Lo más incómodo no será el desplazamiento entre cada una de las zonas, sino la lentitud en las pantallas de carga, que seguramente más de uno considerará frustrantes.
Es importante recalcar lo bien implementado que está la construcción en The Sims 4, ya que nos brinda la posibilidad de que hagamos la casa de nuestros sueños, colocando hasta el más ínfimo detalle: cada mueble, foco, tapete, pantalla o adorno para pared pueden ser encontrados aquí, aunque a veces nos hacen falta un poco más de diseños y se hubiera agradecido la inclusión de los mismos. Creemos que EA sabe cómo arreglar el asunto, solamente esperamos que sus costos no rayen lo ridículo, ya que no estoy tan dispuesto a pagar demasiado por una lámpara de lava… o tal vez sí.
Ahora vayamos hasta el elemento con el que esta secuela fue publicitada desde su anuncio, mencionando que se convertirían en algo memorable. ¿A qué nos referimos? Es simple. Los estados de ánimo de nuestro Sim, en esta ocasión han sido bastante recalcados, influyendo directamente en las actividades que tendremos disponibles durante un día de actividades cotidianas. En ocasiones un simple baño de agua tibia o un desayuno de campeones, nos motivará a salir a correr, ligar, charlar y hasta pelear contra quien se nos ponga enfrente; entre mejor estemos con nuestro “yo interior” (Saludos a Kung-Fu Panda) nos será más fácil llegar a ser buenos padres o empresarios exitosos –dependiendo de su elección inicial-.
Punto a favor es la nueva interfaz minimalista, ya que además de hacer lucir al juego con una presentación más limpia, también nos sorprende con un grado intuitivo de agradecer. No más menús por todas partes, ahora podremos encontrar lo que necesitamos al alcance de un clic.
Técnicamente The Sims 4 no ha dado un salto enorme entre cada una de las entregas pasadas, ya que los texturizados de la ropa y elementos que nos rodean siguen siendo caricaturizados, lo cual resulta ad-hoc a lo ya visto. Tal vez hubiera deseado que se puliera la vista que nos da, y tal vez que en esta ocasión se nos desplegaran detalles a la “cel-shaded”. Tampoco puedo decir que luce horrible, ya que no es así, pero simplemente las características requeridas para jugar son más que “humildes”.
La música por otro lado es agradable y les aseguro que se les quedarán pegadas las melodías por un buen rato. Eso sí, si en algún momento llega a hartarles, contarán con la posibilidad de reproducir sus canciones de black gothic viking metal.
En resumen, The Sims 4 es una secuela digna de la franquicia, ofreciendo elementos pulidos y disfrutables como el grado de personalización de personajes y construcciones. El nivel de inmersión que se puede conseguir está muy bien logrado, y en ocasiones van a preferir irse de antro dentro del juego que en la vida real. No por ello es un producto perfecto, ya que su predecesor incluye desplazamientos más fluidos y contenidos que aquí todavía no encontramos, pero sí les aseguramos que les va a gustar.