Nombre: Dragon Age: Inquisition.
Desarrollador: BioWare.
Distribuidor: Electronic Arts.
Jugadores: 1 a 4 jugadores.
Genero: Aventura – RPG.
Los predecesores de Dragon Age: Inquisition (Dragon Age: Origins y Dragon Age II) representan dos visiones diferentes de la franquicia. El primero es un homenaje a los juegos de rol de la vieja escuela en PC, mientras que el segundo es una experiencia compacta, orientada a la acción y adaptada a las consolas. Los fans han estado preguntándose en qué lugar de estas dos visiones se encuentra Inquisition, la respuesta es en última instancia irrelevante. Inquisition no se puede reducir a un simple punto de encuentro entre dos extremos. En lugar de tratar de conciliar todas las diferencias, BioWare va hacia un nuevo territorio para un viaje expansivo e inolvidable.
Dragon Age: Inquisition no abandona completamente sus raíces: mezcla historia, exploración y combate para llevar a la vida la aventura. Mientras esas ideas siguen siendo, su ejecución y conexión sin fisuras entre sí son la diferencia de cualquier cosa que la serie ha hecho antes. El nexo de estos elementos es lo propio de Inquisition, reúne a las personas de Thedas bajo su bandera. Como inquisidor, realizas misiones en todo Orlais y Ferelden, ganando aliados y recursos para librar una guerra contra un enemigo antiguo y poderoso.
La parte brillante de este concepto es la forma en que impregna todas las actividades con un propósito. El mundo de la Inquisition es inmenso, y logra toda una estructura de forma libre, no importa cuán pequeña sea, alimenta sus aspiraciones más grandes. Desde simples fetch-quests a expediciones para matar un dragón, los jugadores se detendrán en múltiples direcciones, y cada una conduce a recompensas deseables. Casi no podíamos llegar a un único objetivo sin distraernos por otros que nos ayudarán a lo largo del viaje.
La misiones también se unen entre sí de maneras interesantes. Una simple conversación podría abrir una nueva operación en la War Table, el centro de tu organización donde puedes enviar a tus agentes a misiones (que terminan automáticamente en tiempo real). Si completas esa operación, puedes abrir una búsqueda hermana para emprender junto con uno de tus aliados, que apreciarán al tomarse el tiempo y esfuerzo para ayudarlos. Esta estructura hace que sea fácil quedar invertido, y la variedad de búsquedas no les permitirá hacer las mismas cosas una y otra vez. En su lugar, sólo perseguiremos los hilos que parecen interesantes y luego recoger las recompensas. La rentabilidad para estas distracciones es la capacidad para desbloquear zonas incluso más nuevas, además de ganar actualizaciones (como aumentos de XP y el aumento de espacio en el inventario). Este bucle de juego hace que la distracción sea fácil y lucrativa; al momento de llevar 9 horas del juego, todavía estábamos explorando las Hinterlands, primera área del post-prólogo. Terminamos el juego después de cerca de 80 horas, donde incluso dejamos unas pocas zonas prácticamente sin tocar.
Mientras que el mundo no es un paisaje intacto (que abarca dos países enteros, después de todo), las zonas que tenemos en este título empequeñecen cualquier cosa que la saga Dragon Age ha intentado antes. Simplemente la zona de Hinterlands podría ser un juego entero, y es sólo la primera de varias grandes áreas llenas de contenido. Esta gran escala, junto con la calidad de las misiones que lo llenan, es la sorpresa más grande y lo mejor que Inquisition tiene que ofrecer a los fans de Dragon Age. El sistema de combate es más similar al de Dragon Age II que Origins, con activación instantánea de habilidades asignadas a los botones direccionales. La eliminación de los hechizos de sanación tradicionales es un sorprendentemente buen movimiento, ya que impide jugar al tira y afloja con nuestra barra de salud y nos obliga a mantener el calor de la batalla con nuestros enemigos. El diseño de estos es la cosa más interesante debido a la variedad y sus diferentes roles, y nuestros aliados tienen formas divertidas de trabajar juntos para gestionar el flujo de la batalla.
Aunque técnicamente es posible activar una cámara táctica de arriba hacia abajo muy al estilo de Dragon Age Origins, este punto de vista es poco fiable ya que podemos quedar atrapados en el ambiente que genera la zona donde estemos, por lo que es difícil apuntar enemigos a diferentes alturas. En dificultad normal, esta opción sólo es útil durante los encuentros difíciles en terreno libre. Quizá los combates de Inquisition no sean tan gratificantes como las brutales peleas de Origins, pero siguen siendo satisfactorias, y un gran escaparate para la alimentación de tu inquisidor.
La progresión del personaje se maneja bien, con una buena mezcla de habilidades defensivas u ofensivas que siempre nos ponen con deseos de pasar al próximo punto de habilidad. Jugamos como un mago, para ser capaz de controlar a cualquier miembro activo de la partida, lo que significa que obtendrás una idea de cómo todas las clases (junto con sus especializaciones que abriremos más tarde) juegan. El sistema que te da la opción de crear, personalizar y mejorar tu equipo, requiere un poco de paciencia ya que tiene un elemento repetitivo. También podrás tener un sentido de tu creciente influencia a través del desarrollo de tú base principal, Skyhold, que podrás reparar y llenar de aliados que se unan a la causa.
Pero no todo en Inquisition es perfecto. Es molesto ver la falta de almacenamiento para nuestras mejoras, sobre todo porque nuestro inventario se llenaba por cosas triviales, algunos artículos útiles tuvimos que optar por venderlos. Y claro, se puede ampliar tu inventario, pero hacerlo es prácticamente obligatorio, lo que significa que tus puntos los usarás en muchas ocasiones en eso, cuando podrían gastarse en hacernos más poderosos. Otro aspecto limitante del diseño es la falta de varios conjuntos de armas, que era presente en Dragon Age: Origins. Si eres de los que les interesó este punto, aquí no se podremos disparar flechas desde lejos, y luego cambiar a dagas con los enemigos cercanos. Todos los cambios en este aspecto deben ocurrir fuera de combate, por lo que te tienes que mantener enfocado en un sencillo árbol de habilidades que tengas y que favorecerán un estilo de lucha, en lugar de explorar las diferentes opciones disponibles para tú clase.
Estos son reparos menores (junto con algunos fallos y errores de audio) pero se ven opacados por lo que hace bien Inquisition. La única decepción es el arco central de la historia. En concepto suena bien, sin embargo, cuando realmente llegamos a puntos importantes en la historia, muchos de estos se sienten bruscos o mal explicados. Esto sería una sentencia de muerte para un juego de rol, pero en este caso, la narración principal es solo una de las muchas historias tejidas en la experiencia que tiene este juego.
Nos encantó conocer este elenco de personajes, sus misiones y conversaciones individuales son más que suficiente para mantenernos e impulsarnos hacia adelante. Ellos presentan diversos lados del juego que no habíamos considerado, y utilizábamos a nuestros personajes favoritos como una especie de guía en algunas de las decisiones morales y ambiguas que presenta el juego. Un puñado de estos momentos aceleraran tu mente en las posibilidades de que otros resultados podrían producirse.
Tus viejas decisiones de juegos anteriores también juegan un papel en esté titulo. Eventos anteriores se mencionan en su mayoría, no solo durante las conversaciones, sino también influyen en ciertos cameos de personajes. Dragon Age: Inquisition reconoce tus decisiones pasadas sin hacer sentir que el destino de nuestra aventura está determinado por esto, por lo que se obtiene la satisfacción de impactar el mundo en el pasado y el presente.
El mundo, personajes y misiones secundarias de la campaña para un jugador son más grandes y mejores que nunca, pero Inquisition no se detiene allí. El modo multijugador nos hace formar equipo de cuatro jugadores en modo cooperativo contra una de las tres facciones enemigas. Esto ofrece algo nuevo, en lugar de luchar contra oleadas de enemigos que nos invaden, nos hace coordinar y hacer estrategias más precisas en contra de un menor número de enemigos. Estas partidas de 20-30 minutos proporcionan un toque divertido con un estilo familiar, y las recompensas después de las partidas son grandes para atraernos a jugar otra ronda. Los mapas y las clases de este modo son buenos para empezar, y BioWare ya ha prometido más contenido en forma de DLC gratuito en los próximos meses.
Después de dos juegos diferentes con distintas filosofías, podemos decir que la crisis de identidad de Dragon Age ha terminado. Con una mezcla de exploración de mundos abiertos, combate entretenido, y personajes de primer nivel, el equipo de BioWare ha encontrado una fórmula ganadora que no está encadenada a los anteriores títulos de la franquicia, es una propia. Inquisition no se define por las tradiciones, sino por las nuevas direcciones, forjando este magnifico mundo y travesía.







