Hace unos cuantos meses fue lanzado Far Cry 4, produciendo una sensación agridulce entre los fanáticos de la saga y los medios especializados ya que, contrario a lo sucedido en la tercera entrega, sentimos que el título nos había “quedado a deber”. Ahora, tras unos meses de descanso, ha sido lanzado el primer DLC “fuerte”, llamado ‘Valley of the Yetis’, prometiendo llevar la experiencia de Kyrat hacia un nuevo –y helado- nivel.
El Valle de los Yetis nos pone al mando de Ajay Ghale nuevamente, quien después de haber sufrido un estrepitoso accidente aéreo conocerá uno de los rincones más atemorizantes del Himalaya, descubriendo que Pagan Min y sus secuaces no son el único mal que deberá enfrentar, sino que hay un oscuro secreto que descubrirá de una manera no muy amigable. Como su nombre lo indica, en esta expansión tenemos que hacer frente a un sinfín de criaturas que en nuestra cultura se han caracterizado por estar rodeadas de una línea entre la verdad y el mito, y que por supuesto encaja perfectamente con el tono manejado en Far Cry 4.
Cabe destacar que estos nuevos “monstruos” no son lo único que fue agregado para este DLC presentado con bombo y platillo, ya que también tendremos la posibilidad de explorar una de las regiones nunca antes vistas del Himalaya. ¿Nuestro objetivo principal? Hacer uso del radar que nos fue proporcionado y encontrar hasta el más recóndito ítem escondido aquí. También fueron agregados nuevos cofres de tesoros, armas y materiales de creación con los cuales podremos fortalecer la andanza de nuestro protagonista.
Esta característica de exploración está bastante bien involucrada en El Valle de los Yetis, ya que al inicio seremos prácticamente carnada indefensa, que deberá forjarse su propia valía a través de los recorridos por estas frías tierras, en las que no, no hay nieve de limón. Tiempo después descubriremos puestos de mando utilizados por una secta adoradora de Satanás que al liberarla se convertirá en nuestra letal base de operaciones en la que se encontrarán almacenadas municiones y equipamiento necesario para completar las misiones de la aventura principal y también las secundarias. Es aquí cuando el juego se pone interesante, ya que de acuerdo al día o la noche nos podremos ver enredados en distintas situaciones, que van desde ayudar a algún aldeano a recopilar pieles de animales, hasta tener que masacrar oleadas de contrincantes que buscarán despojarnos de nuestra preciada ubicación.
A esto habrá que añadir a la feroz nueva fauna que ha sido agregada, como los lobos negros, pumas de las nieves y osos de montaña, además de los ya no tan secretos Yetis, que en más de una ocasión les van a causar dolores de cabeza. Estos enormes entes no son troncos fáciles de roer y créanme que encontrar una estrategia eficaz para eliminarlos les va a costar trabajo; lo único que puedo decirles es que ¡Corran por sus vidas! Y disparen a la cabeza, eso siempre funciona. Una vez aturdidos, Ubisoft nos da el placer de ejecutar un esplendoroso final para tan míticas abominaciones. El resto de adversarios no distan mucho de lo que ya hemos visto en Far Cry 4, variando un ápice en los vestuarios y alguno que otro elemento poco destacable.
Donde ‘Valley of the Yetis’ verdaderamente flaquea es en lo poco original que se siente con respecto a su título base. Tal vez para muchos lo continuista de la aventura gélida represente algo maravilloso, pero estamos otros que creemos que pudieron alejarse un poco más de lo ya ofrecido y otorgarnos una experiencia que saliera de lo común, añadiendo más elementos mágicos y fantásticos. Durante las 5 horas de juego pocas serán las sensaciones novedosas que sentiremos, y probablemente algunos hasta terminen aburriéndose. Nosotros podemos recomendarles terminar este DLC de principio a fin, ya que se encontrarán con agradables sorpresas si es que en algún momento de su vida se han sentido atraídos por los mitos que envuelven al pie grande de las nieves.