
Nombre: 13 Hours: The Secret Soldiers of Benghazi.
Director: Michael Bay.
Distribuidora: Paramount Pictures.
Actores: John Krasinski, James Badge Dale, Pablo Schreiber, Dominic Fumusa, Max Martini y David Denman.
Michael Bay es uno de los cineastas con un detalle en sus filmes muy característico, la parafernalia, quizá con poca atención a sus tramas que buscan más ofrecer espectáculos visuales llenos de acción y explosiones a un verdadero trabajo donde el balance pueda ser igualitario en cada uno de estos aspectos. Esta vez llega un nuevo filme del director, 13 Horas: Los Soldados Secretos de Bengasi, aquí nuestra reseña.
13 Horas: Los Soldados Secretos de Bengasi es la verdadera historia de seis operativos ex militares, encargados de proteger a la CIA, que lucharon contra probabilidades abrumadoras cuando un grupo de terroristas atacó un complejo diplomático de Estados Unidos el 11 de septiembre de 2012. Cuando todo salió mal, seis hombres tuvieron el valor de hacer lo correcto. Basada en el libro «13 Horas» del autor de mayor ventas del New York Times, Mitchell Zuckoff y miembros del Equipo de Seguridad Anexo.

El filme ofrece una historia con un aspecto muy patriótico a los hechos que sucedieron en septiembre de 2012, esta nos centra en la región de Bangasi donde un pequeño equipo de contratistas ex militares llegan al lugar para ser una especie de fuerza de ataque para la CIA, solo cuando alguna situación lo amerite, por lo que respecto a lo demás, solo veremos como son tratados como simples segundones donde no saben nada más fuera de disparar sus armas. El guión fue hecho por Chuck Hogan, donde nos ofrece una trama sencilla sin muchas cosas profundas y que se divide en tres actos para ofrecer una historia por demás digerible, exponiendo los hechos fundamentales de esta situación en especial.

Algo que esta muy marcado en el filme es esa rivalidad o tensión que vemos entre los miembros de la CIA y los contratistas, sin ofrecer mucho tiempo para el desarrollo de estos últimos en lo que la historia quiere reflejar más allá del problema central, aunque claro, en sus casi dos horas y medias de duración el director ofrece una dosis de suspenso con un tipo de narración a mano dura. El problema es que dura demasiado y partes de la trama se ven demasiado alargadas, tensas y pesadas para aguantarla. Si, 13 Horas tiene momentos intrigantes donde el desarrollo de sus personajes sube de nivel pero el espectáculo y acción adicional toma obviamente el papel protagónico, algo que demerita el hecho de ofrecer algunas subtramas para el desarrollo de sus personajes más allá de lo que sucede en Bangasi.

Los momentos explosivos y donde los combates estallan son representados de buena forma, haciendo sentir al espectador como parte de este ambiente, como si ellos estuvieran en la línea de fuego. Pero el enfoque llega a ser ridículo en cuanto a la cantidad de acción y destrucción que realmente vemos en pantalla. El problema que siempre ha tenido Michael Bay es que el mismo puede ser su peor enemigo en cuanto a lo que quiere reflejar con momentos tensos o de suspenso. La película triunfa en mostrarnos una visión de Bengasi muy apegada a lo que en 2012 se vivía, se puede notar el peligro en cada rincón, lo malo es que a pesar de que tiene un inicio aceptable para todo esto, cuando entra la acción se puede sentir que este duro más tiempo del necesario.

Su elenco de actores es algo que mantiene muy bien a la película, para mostrar caras a las que de verdad les crees el papel que juegan y lo que cada uno refleja no solo como compañero de guerra, si no como amigos. Aquí podemos ver a John Krasinski, James Badge Dale, Pablo Schreiber, Dominic Fumusa, Max Martini y David Denman que en su conjunto funcionan muy bien en 13 Horas como los soldados contratados, expresando no solo la rudeza de la que son ya adeptos si no también esa humanidad a sus otros miembros de equipo. Pero papeles que demeritan a la película son como el de David Constabile como el jefe de la CIA, que termina siendo un obstáculo permanente dentro de la historia y un llorón al final. Hay personajes secundarios que también aportan más de lo que hubiéramos esperado como el de Peyman Moaadi interpretando a un ayudante libio llamado Amahl. En general es un elenco estable que se nivela para la historia de la película.

La verdad es que al final 13 Horas tiene momentos eficientes de acción y suspenso, pero que llega a fallar debido al enfoque tan exagerado que puede llegar a tener Michael Bay, como lo dijimos antes, este director puede llegar a ser su peor enemigo. A pesar de todo lo que la película en realidad ofrece con este hecho histórico y los debates que pueda armar, 13 Horas es una película muy madura, más que la mayoría de las películas del director. Muchos cinéfilos sin duda podrán disfrutar la trama e historia que nos ofrece y otros más pueden llegar a catalogarla como irrelevante, pero podemos decirte que logra ofrecer su objetivo de la mejor forma posible.
