James Wan nos trajo el primer filme basado en los casos de Ed y Lorraine Warren, con una historia ya conocida podemos decir que la primera película de El Conjuro devolvió el respeto que los cineastas deben darle al género del terror. Ahora, años más tarde llega la secuela de esta historia, con otro caso más y con la dirección del mismo James Wan ¿Logra ser una gran cinta igual que la anterior?

Ed y Lorraine Warren son llamados para tratar de definir si lo que pasó en la casa Amityville en realidad es un caso paranormal o un asesinato a sangre fría después de que Ronald DeFeo asesinara brutalmente a su familia, según él, por estar poseído por un espíritu maligno. Durante su visita, Lorraine tiene una experiencia extracorporal en donde se enfrenta con una monja demoniaca que la acecha con la predicción de la muerte de Ed. Después de eso, Lorraine le dice a Ed que ya no pueden seguir tomando casos porque no quiere perderlo. Aunque los Warren primero están muy determinados a dejar atrás sus días de investigadores paranormales, hay un nuevo caso en Inglaterra que necesita de su ayuda. La familia Hodgson, especialmente la pequeña Janet, está siendo atormentada por el espíritu del anciano Bill Wilkins, quien parece tener la habilidad de poseer a Janet. Los Warren tienen la tarea de probar que hay evidencias suficientes de una posesión para que la iglesia católica se involucre, pero una vez estando ahí, entenderán que no llegaron por casualidad.

Podemos decir que el filme toma muchas cosas vistas en la anterior película que nos resultaran familiares, algo que de verdad nos gusto es que James Wan denota su talento para las tomas, hay unas tan bien logradas que te pondrán en toda la ambientación de miedo y tensidad que puede crear una película de terror con recursos comunes sin tantos efectos especiales. Pero debemos decir que el filme no se salva de las técnicas modernas y el director quiso agregarle efectos generados por computadora que se notan bastante, haciendo que un momento lleno de suspenso y terror se vea tan irreal que rompe totalmente lo que estamos viendo en pantalla.

La historia gira entorno de la familia Hodgson con momentos muy bien logrados, los sustos son tan bien hechos que intentan no caer en lo cotidiano, simplemente buscan poner tenso al espectador esperando algo que no llega y creemos que ese modo de hacer películas de terror funciona, pero claramente hay secuencias que están tan predeterminadas que sabrás lo que sucederá después. Eso si, al final del tercer acto de la película, el giro argumental que toma está muy bien realizado, es de esos momentos en los que no sabes que va pasar y de repente te revelan que todo momento estaba conectado de alguna forma por algo aun mayor y peligroso.

Las actuaciones en general nos gustaron bastante, con buenas expresiones y dinamismo para los momentos más importantes de la trama, haciendo sentir que cada uno de los protagonistas tiene un alma propia, creando de cierta forma empatía por ellos. James Wan se ve que adora el género y crea hasta en sus créditos iniciales un cierto homenaje a ellos, desde la tipografía, hasta la forma en que nos muestra su visión de cada uno de los sucesos paranormales que ocurren. Para muchos este filme no supera al primero, y en los personal creo que es por el uso ahora mayor de efectos especiales generados por computadora, dejando eso atrás creemos que la película cumple y es una recomendación más que obligada si te gusta el terror. No se la pierdan.