Nombre: Fifty Shades of Grey.

Director: Sam Taylor-Johnson.

Distribuidora: Universal Pictures

Lo bueno: Buen reparto que es sólido, fotografía y en general su trabajo en composición visual.

 Lo malo: Falta de calidad en donde se basó la historia, poca presencia de los demás personajes, siendo nulos y muy apegada a ser una historia más como Crepúsculo, que de hecho fue inspiración para la autora del libro.

En “Cincuenta Sombras de Grey” seguimos la extraña odisea de Anastasia Steele (Dakota Johnson), que en un trabajo y por aceres del destino se encuentra con Christian Grey (Jamie Dornan), un multimillonario joven y guapo. Esta película causo gran revuelo por su temática en la que esta basada, además e que la premisa causo un gran aumente de expectativa no solo en internet, si no en los que no habían escuchado hablar de esta obra ¿Habrá sido lo que prometio?.

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Christian toma a Anastasia después de su primer encuentro, y luego le antepone su presencia intencional a su vida. Pero a medida que su misterioso pretendiente comienza a abrir su personalidad férrea, que la tiene completamente encantada de una manera extraña (que dudosamente se puede definir como amor a primera vista) Ana descubre predilecciones «singulares» de Christian para el control, el placer y el castigo, algo que pareciera diferente a lo que ella conoce o a conocido (extraño en una época en la que no debería ser así) que a veces pueden matar las esperanzas de los que tienen una relación normal y satisfactoria.

Como decimos a menudo: una película puede fallar por una variedad de razones. A veces, es el desempeño de los actores; a veces, la falta de visión como director, y a veces, la premisa simplemente no puede sostenerse a sí misma a través de todo un viaje cinematográfico. Desafortunadamente para ”Cincuenta Sombras de Grey”, un elenco sólido, buen director y su única premisa sólo ayudará a exponer las debilidades inherentes de la novela en la que tiene su fuente, dejando esta película (como su romanticismo central) condenado desde el principio.

Desde un punto de vista cinematográfico, la directora Sam Taylor-Johnson (Nowhere Boy) hace un trabajo admirable con la composición visual de la película. Como una cinta, Cincuenta Sombras de Grey tiene una taquigrafía visual competente y bien elaborada, con escenas temáticas (de apertura y cierre); paletas de colores (negro, blanco, rojo pasión y por supuesto, grises ambiguos); un rico tono en su fotografía por Seamus McGarvey (Avengers, Godzilla); y algunas secuencias impresionantes que hacen de este drama erótico especialmente calificado para su visualización en la pantalla grande.

Ahora al punto: en las manos de Taylor-Johnson, no es arte real y su significado al tema «Controversial» o “Excitante” importa pero ahora vemos que solo en la serie de libros. El manejo del juego sexual es horriblemente un cliché en términos de estructura (3 jugueteos con calefacción y un dramático final); sin embargo, la presentación real de las «escenas de amor», recuerda al estilo del director Adrian Lyne (Unfaithful, Nine 1/2 Weeks), favoreciendo lo artístico en los primeros planos de la forma humana, la curva y las sensaciones íntimas de tocar, sentir y la respuesta a eso, en lugar que la carnalidad prima rija, algo visto como en la película Bajos Instintos (thriller erótico que fue un hit en nuestra generación).

En la otra cara, el director Paul Verhoeven tuvo claramente un ojo parpadeante en esta historia inútil que era Bajos Instintos. Taylor-Johnson y el guionista Kelly Marcel (Saving Mr. Banks, Terra Nova) no muestran tal conciencia de sí mismo, presente en la novela de E.L. James con un servilismo casi fatal para el material escrito. Al oír el diálogo en voz alta (o ser testigos de algunos de los momentos melodramáticos torpes en el material), que pueden ser difíciles incluso para los más ardientes fans del libro que niegan la falta de calidad en la escritura.

El ADN original de la novela de James (que comenzó como una historia publicada con base y homenaje a la obra de Crepúsculo o Twilight) también es demasiado evidente verla en la película. Desde el «dilema» Bella/Edward (amar igual a lastimarla), al tonto «triángulo amoroso» con su amigo de la zona Jacob (aquí renombrado como José), los paralelos de Crepúsculo son dolorosamente evidentes, dejándonos con una copia de un original que no era ni magistral o inteligente para empezar. “Cincuenta Sombras de Grey” es un campo minado de risas involuntarias y reconocimiento torpe del material que no da mucho al género, incluso dentro de su objetivo demográfico. Peor que eso, a las dos horas se siente muy aburrida, al ver un par de momentos que enfrenta Anastasia para elegir, convirtiéndose en una burla.

Para su crédito, las estrellas Dakota Johnson y Jamie Dornan hacen un trabajo admirable con sus respectivos personajes. Johnson resulta ser luchadora, simpática y sorprendentemente divertida como Anastasia, que solo hace que sea mucho más difícil de comprar algunas de las decisiones cursis y oprimidas que la historia le obliga a hacer. El melodrama delgado de la historia de Jamie se siente a menudo en desacuerdo con la versión animada e independiente de Anastasia que Johnson crea en pantalla.

En el caso de Dornan, está claro que alguien vio su complicada y a la vez matizada actuación como un asesino en serie en la violenta serie de televisión de Reino Unido llamada «The Fall» y trató de meterlo en el personaje de Christian Grey para este filme. Tal como esa serie, aquí, el estoicismo de Dornan, la quietud y la confianza tranquila realmente traducen bien a este nuevo personaje que interpreta; le toca al público decidir sobre sus calificaciones de él como un galán esculpido, pero como artista, está muy por encima de tener que entregar líneas vergonzosas.

Alrededor de los dos personajes principales son un cartel de actores sólidos que podría a ver dado más (al menos en esta primera entrega). Max Martini (Pacific Rim) consigue apenas una palabra en como el chofer de Mr.Grey, Taylor; más extraño todavía, apenas llegamos a conocer el conjunto de Luke Grimes (True Blood), la cantante Rita Ora, o Marcia Gay Harden (The Newsroom), que interpretan a los familiares de Christian. Incluso la comitiva de Anastasia, Kate (The River‘s Eloise Mumford) y su amigo de la zona José (Victor Rasuk de How to Make It in America) están apenas muy poco para dar matices de personalidad a sus personajes. ¿Tal vez en las secuelas?

“Cincuenta Sombras de Grey” va a hacer que un montón de gente se pregunte cómo esta historia fue alguna vez un «fenómeno mundial» y que vale la pena tener en su pasado todos esos libros vendidos. En el futuro, las películas probablemente debería virar más lejos de la fuente del material y utilizar la colección de talento a su disposición para crear algo más profundo y más digno del cine. Vean Ninfomaniac, La Vida de Adele u otra cosa si quieren algo más osado sexualmente hablando.

La simple curiosidad que se ha generado por si sola de manera extraña y no por meritos propios en cuanto a la calidad que esperábamos, atraerá a una gran audiencia en las salas; sin embargo, en una época donde todas y todos los tabúes sexuales no son más que una búsqueda por palabra clave, lejos de miradas indiscretas, “Cincuenta Sombras de Grey” ofrece muy poco que ver, y mucho menos que excitar.